Desde el aire
el pico de un volcán
es un pequeño seno
al centro
de un cuerpo de agua
que anuncia
el perfil de esta región:
Una fusión de cráteres,
marismas,
vegetación de trópico
cansada de las lluvias vespertinas
y del sudor de mañana
en los días de julio.
¿Por qué no me dijeron
de esta inmensidad dulce de agua,
cercada por montañas
y atrapada
más de 26 mil años atrás?
¿A quién hay que culpar
por no decirnos nada
de la Nicaragua acuática
que enlaza a dos océanos
con la puerta de sus lagos?
¡oh lagunas cratéricas
oh albercas perfectas de natura
oh cristal flotante!...
donde
observo el hundimiento
de mis pies
de mis dedos
junto a miles de piedras pómez
arrojadas ahí
por la última erupción
de ese volcán que ahora
plácidamente
duerme
frente a mí…
Laguna de Apoyo, Nicaragua, julio 2017