"Poecrónicas"

--Columna Semanal--

Mexico Travel Warning…exageran! - 10.03.2023

Por Manuel Murrieta Saldívar

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Imagen: Observando el panorama nocturno desde el Cerro de la Campana en Hermosillo, Sonora, México. Foto del archivo personal del autor.
Imagen: Observando el panorama nocturno desde el Cerro de la Campana en Hermosillo, Sonora, México. Foto del archivo personal del autor.


¿Cómo van a prohibirme visitar mi propia casa mexicana, la calle de mi infancia y evitar que vuelva a esos mercados con sus delicias culinarias con las que yo crecí?...


  • Ja, ja!…nos sugieren no ir, casi nos prohíben ir a nuestro México el “US State Department” de Estados Unidos advirtiendo de los peligros de visitar nuestros país…y a mí me gana la risa. Su sitio web señala que mi región norteña es clave In the international drug and human trafficking trades, citizens have been the victim of violent crimes, ja, ja, reporta el así llamado “Travel warning” y, claro, yo entre mis sonrisas considero que exageran…
    Así son las entidades del gobierno norteamericano, guardián de países extranjeros, sin cuestionarse tanto su situación interna, sin considerar los altos crímenes en los ghettos de Oakland, del Bronx neoyorkino o acciones agresivas de policías y de supremasistas blancos. Sin tampoco hacer intentos por reducir la venta de armas de alto poder, esas que provocan tiroteos masivos en preparatorias y supermecados ni mucho menos intervenir en las calles de Filadelfia o Los Ángeles atestadadas de “homeless” y de víctimas de drogas fuertes como el fentanilo…exageran con lo mexicano, no?

    ¿Cómo es que su “Travel Warning” va a impedirme visitar mi propia casa, la calle de mi infancia y evitar que vuelva a esos mercados públicos con sus delicias culinarias con las que yo crecí? Citizens have been the victims of homicide, kidnapping, advierten, mientras yo, ansioso, hago caso omiso y ya deseo subirme en el avión desde el norte de California, ¡a respirar el aire de mi padre fallecido!, ¡a recibir la plática de un primo!, ¡a saborear la libertad playera!...

    They have been victims of carjacking, robbery and…insiste el Travel Warning (bueno, pues, en español sería la advertencia para viajar al extranjero), ¿no saben que yo desde niño sobreviví al robo de higos y naranjas en el patio de mi vecina, que novié por las banquetas de la alta noche pachanguera a manita sudada y cachondeo, y di varias serenatas en esas madrugadas del diez de mayo festejando a las madrecitas? Risk of traveling to Mexico due to the activities of criminal organizations… sí, eso cacarea el Departmento de Estado!... Y yo insisto que no es verdad tanta crueldad, es una falla de sus espionajes, son sus reportes para desacreditar a la nación mexicana, a sus gobiernos, es para afectar la economía y que baje la entrada de divisas, es decir, que bajen los dólares que los turistas llevan o nosotros les enviamos en remesas. No es creíble lo que informan sesgadamente sobre mi hogar, de mi espacio mexicano, por favor!...

    Entonces yo deseo responderle al anónimo funcionario del “US State Department” que no hay de qué preocuparse, que muchas gracias por la advertencia, pero soy nativo de México, y exactamente de la zona norteña a la que se refieren, faltaba más, conozco los barrios peligrosos, los antros decentes e indecentes con el narcomenudeo de siempre. Hey!, qué les pasa, si soy camarada de varios cantineros y meseros, tengo incluso compas que anduvieron en las mafias, no es nada nuevo, take it easy US Department!...Así le voy a explicar, así lo voy a calmar, pienso hipotéticamente, a ese empleado norteamericano temeroso, lo tranquilizaré al revelarle que mis parientes y amistades sabrán cómo cuidarme al momento de pisar mi México lindo que me jala cada Sprig Brake, cada Christmas vacation, por favor!…Don’t worry, dude, I know my Mexican people, I know how to take care of myself once I’m in Sonora…

    Y no hago caso del intimidante Travel Warning, tomo el avión con escala en Arizona, cruzo por aire la frontera y al fin llego a mi territorio mexicano luego de más de un año sin regresar… y rápido por la emoción salgo del aeropuerto de Hermosillo y, para mi sorpresa, mi hermano no me espera porque ya no vive ahí en la ciudad, se mudó sin previo aviso y no me notificaron. Mi hermana me explica por teléfono que “ya es muy tarde, no puedo ir por ti”, porque se le complica con sus horarios de trabajo y quehacer familiares de última hora...Y el taxista que escojo de manera descuidada resulta ser pirata y me dobletea la tarifa, y me alarga la ruta, no importa, ya estamos llegando a mi antiguo barrio…y empiezo a observar que la casa de mi abuela ha sido derruida por el abandono, que la del vecino fue asaltada a machetazos y luego, en rápida visita, me entero que la iglesia con las cenizas de mi madre está toda enrejada y algunas paredes grafiteadas. Pero lo más dramático sucede al ponerse el sol: hay un vacío triste en la noche del bulevar central pasadas las once de la noche, ese que vibraba de algarabía durante mi temprana juventud. Y ya no hay parejas entrelazando sus manos ni ahí ni en la colonia oscura de mi exnovia mientras los carros se destruyen en baches, socavones y hoyancos. Lo más temeroso es comprobar que nadie, de nuevo, puede ir a recogerme al salir de la cantina estudiantil cercana a la universidad de mis amores antes inundada de vida nocturnal…Sí, estoy solo, solo y nervioso en la penumbra mexicana, estoy… estoy, sí, como si estuviera todavía en la urbe gringa de donde provengo, digamos Stockton o Modesto, California, a las diez de la noche…estoy de nuevo solo y con temor, como cuando un desolado funcionario del US State Deparment anota y actualiza en su sitio web el “Mexican travel warning”, haciendo que muchos gringos o paisanos decidan hacer o no el equipaje, decidan si comprar o no el boleto que los lleve hacia nosotros, hacia nuestro sur, el sur de paz y de violencia…

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