"Poecrónicas"

No duermas - 14.07.2023

Por Manuel Murrieta Saldívar

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Imagen: Madrugada a los alrededores de la Plaza Mayor, Madrid, España. Fotografía de la colección personal del autor.
Imagen: Madrugada a los alrededores de la Plaza Mayor, Madrid, España. Fotografía de la colección personal del autor.

  • Quizá porque la noche es muy confusa,
    se me viene el insomnio tratando de explicarla...

    Paso largas horas con ojos de asombro
    bajo mi techo casero o los que visito,
    ladeándome de un extremo al otro de la cama
    sin recibir una dosis moderada de sueño
    a pesar del salto de miles de ovejas blancas,
    negras, de todos los colores...

    No tengo entonces más remedio que atrapar a la noche,
    medir sus ángulos obtusos y convexos
    tratando de entenderla, comprenderla,
    por qué nunca se apiada de mí...

    Pero ella insiste en distraerme:

    Aparecen planes que nunca hice
    otros que jamás realizaré
    vienen obligaciones con fechas límites de un siglo
    otras que acabaron ayer o que logré a medias
    —ahora me recuesto boca abajo—

    La gente me aconseja que salte de mi lecho
    a continuar el proyecto pospuesto o atrasado,
    que beba una o dos tazas de té,
    hacer una rápida meditación
    o una plegaria por la paz del mundo
    pero nunca encuentro voluntad para tales sugerencias
    o para otras que yo me invento...

    La noche me atrapa siempre con sus garras
    abriéndome los párpados
    para que siga mirando obscuridades
    que se mueven hacia todas direcciones
    teñidas de puntos blancos, amarillos y violetas...

    Nunca he podido dormir con la serenidad del bebé
    o la del borracho cansado de una fiesta
    como lo he atestiguado que caen fulminados
    a mi lado con su sueño profundo que me produce envidia.

    Me pongo de nuevo boca arriba,
    ya son las tres o dos de la mañana
    y de nuevo tampoco ahora volveré a dormir
    mis cinco o cuatro horas que me tocan
    —debieran ser ocho, lo sé—

    Pasivamente me dejo dominar
    por otra noche inquieta
    que encaja sus cuchillos de planes y de ideas
    sobre mis pupilas abiertas,
    saltonas,
    sorprendidas,
    como escuchando a la noche:
    –¡No duermas...no hay tiempo que perder!...
    Keyes, California, julio de 2023

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