"Poecrónicas"

--Columna Semanal--

Nuestros libros en Ciudad de México…y más! - 03.02.2023

Por Manuel Murrieta Saldívar

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Imagen: Con Levi Calderón, frente a Bellas Artes de ciudad de México, un lector que nos contactó para adquirir nuestros libros durante nuestra visita. Foto de la colección personal del autor.
Imagen: Con Levi Calderón, frente a Bellas Artes de ciudad de México, un lector que nos contactó para adquirir nuestros libros durante nuestra visita. Foto de la colección personal del autor.

  • I
    Caminaba sobre la calle Frontera, entre Álvaro Obregón y Zacatecas, en la colonia Roma Norte de la ciudad de México, cuando de súbito encontré una pequeña y atractiva librería…observé los estantes, los ejemplares, la mayoría de autores latinoamericanos clásicos y vanguardistas. La dependiente resultó ser socia y tras presentarme y dialogar, le propuse si aceptaba distribuir libros de autores independientes que escribimos en español en USA. Me miró sorprendida e interesada, llegamos a un sencillo acuerdo, sin tanto papeleo, ¡y aceptó distribuir nuestros libros!, una maravilla, sobre todo cuando era mi último día en la metrópoli, después de dos semanas de estancia. Así que, gracias a la “Polilla Librería”, ya tienen libros de tema fronterizo, de migrantes y chicanos en la capital del español en el mundo, con sus más de 20 millones de habitantes. Ahí están ya ejemplares de “El norte virgen de mi cuerpo”, “Háblame a tu regreso”, “La gravedad de la distancia”, “¿Tienes papeles?” ... Esta pequeña pero reveladora noticia, la cerré de esta manera en mis redes sociales: “Vayan pronto, ¡antes de que se agoten! Nuestros libros fronterizos, ¡en la calle Frontera de la Roma Norte!, ni en sueños, ¡la realidad supera a la ficción!...Like y comparte, no more borders! Polilla Librería, calle Frontera 146, Roma NorteSíguelos en sus redes sociales:
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    Sin embargo, a mi llegada había colocado en mi muro de Facebook que estaría en ciudad de México distribuyendo ejemplares nuestros en persona a quienes nos contactaran en la red o se los pondríamos en el correo. Y es que enviar libros impresos desde Estados Unidos casi es prohibitivo y a veces resulta más costoso que el propio ejemplar. Entonces, se me ocurrió la idea de que mientras estemos de visita, ya sea de turista, familiar o en asuntos burocráticos, se puede aprovechar la estancia para la distribución directa de nuestra obra en México. Pues esta novedad, para mi sorpresa, empezó a dar resultados, ya que, por ejemplo, desde Naucalpan nos contactó un lector, Levi Calderón para adquirir dos de nuestros libros, y acordamos que se los entregaría en pleno Zócalo. El día acordado, apareció saliendo de la estación del metro para encontrarnos en la entrada de la catedral metropolitana. Hicimos la transacción y brotó una inmediata amistad y acabamos en una cafetería frente al palacio de Bellas Artes donde, entre varios temas literarios y sociales, me confesó ser experto en temas de trabajo social y del fenómeno migrantes. Y nuestra comunicación aún continúa con planes literarios al futuro…

    Otros lectores también adquirieron ejemplares en el departamento que habitaba durante mi estancia como la familia michoacana, de dos hijos jóvenes y la madre protectora, que mientras hacían una negociación para la renta de un piso contiguo, supieron de nosotros y se llevaron casi completa nuestra colección de novelas, crónicas y poemas. Además, hubo pedidos para enviar por correo con lectores ya no de la gran ube capitalina sino de lugares tan lejanos pero cariñoso como la misma ciudad de Hermosillo!... La experiencia fue tal que vamos a iniciar una tradición en este sentido, cada vez que estemos en un lugar de México, o de cualquier país, por qué no, anunciaremos por redes sociales que traemos con nosotros unos cuantos ejemplares para ofrecerlos en directo a lectores interesados en producciones de tema migrante y de los chicanos en Estados Unidos.

    II
    Por supuesto, nuestra visita de casi quince días también fue de relax y esparcimiento incluyendo largas caminatas por distritos históricos, barrios, museos, parques y encuentros familiares, como lo sintetiza este recorrido que también “postié”: “Inicias con un jugo de zanahoria, haces trámites burocráticos, pactas una cita en la peluquería, adquieres agua y leche en un changarro, cumples llamadas y mails en una banca de un parque con fuente, compras pan recién hecho para el café, te echas unos tacos al pastor, visitas el museo del chocolate y acabas con el cuñado bebiendo una cerveza artesanal--y compras un cigarrillo suelto en el puestito de la esquina-- para concluir en una pizzería al horno mientras enfrente celebran una boda, y todo caminando en un día común de la ciudad de México...qué vida!”. Hasta aquí el post, pero no agregué, y lo hago aquí, que ese trámite burocrático fue para renovar mi credencial de elector, la del INE, documento que, como se sabe, es la identificación oficial en México y que la traigo vencida desde hace un año…y pues parece que el asunto ya quedó resuelto. Tampoco incluí que, en ese día, domingo 15 de enero, se reabrió el trayecto subterráneo de la línea 12 del metro y hasta allá me fui contagiado por el entusiasmo que transmitieron las noticias, escribiendo en redes este reporte que causó alboroto: “Los capitalinos son valientes pues a pesar de los incidentes, que se dicen son atípicos o provocados, se volcaron al metro y a la reapertura de la línea 12 ayer domingo, y gratis! Y pues aproveché. Trenes exuberantes, amplios, cómodos, deslizándose casi en silencio. Ya los quisieran en el metro de New York, París o Madrid. ¿Y la guardia nacional?, no macanean, no echan gases, no discriminan, no apuntan con metrallas como me sucedió con el guardia del metro de París, que me miró con desprecio, pidió evidencia de mi boleto mientras me apuntaba con su metralleta automática como si yo fuera un terrorista. Nuestros guardias son serviciales, desarmados, protectores, son hasta inocentes, pues luego de confirmarme que ayer fue gratis el boleto, darme direcciones y solicitarle una foto, uno me dijo, “tómala, ¡pero no la subas a la red”! ...Es mejor experimentar la realidad que dejarse manipular por los medios, vayan al metro donde además se disfruta de la cultura, como la exposición permanente de la caricatura mexicana en la estación Zapata, línea 12 y 3, ¡imperdible!, Viva el metro!” …Tampoco incluí que, a mi regreso del fabuloso recorrido subterráneo, cruce rápidamente, por ser ya muy noche, el bullicio de la colonia Roma Norte…entre librerías de viejo, restaurantes gourmets, sofisticados puestos de tacos al pastor, extranjeros sentados al exterior de cafeterías estilo parisinas, me topé con la algarabía, el ruidajo, la bailada de una completa banda sinaloense, tocando en plena calle Orizaba, para la extrañeza de los sofisticados y elegantes hípsters y “nómadas digitales” que vienen de USA o Europa y que pululan por este sector de la ciudad…una fuerte lección de la poderosa cultura popular que siempre emerge de lo profundo de nuestra mexicanidad…



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