Nos iremos quedando
solos
y entonces
tendrá un valor inmenso
los infantiles juegos
que hacíamos en casa
llegaremos a la orilla
lentamente
sin encontrar
las manos familiares
que nos levanten
de la caída próxima
los gritos,
saludos espontáneos,
vocerío de novias y visitas
quedarán en silencio
--oídos sordos--
cuando poco a poco
nos quedemos
solos
el mundo irá
despoblándose
de caras conocidas
de vecinos amables
y será muy difícil
encontrar unos ojos
que nos identifiquen
en el túnel de vivencias
y décadas
que vayamos dejando
sin embargo,
habrá más seres
a los alrededores,
nuevas formas de hablar
y de comunicarnos,
mas todo será inútil
porque mi cara
pasará frente a ti
y apenas me verás
con total indiferencia,
fantasma vivo
que nadie reconoce
nos quedaremos
solos
y retumbará
el festejo de aquel
simple año nuevo
que pasamos juntos
que no recordaremos
porque nunca
supimos que sería el último
pausadamente
nos iremos recogiendo
encogiendo
en nuestros aposentos
gigantes o pequeños
y no tendrá importancia
su tamaño
porque ya estaremos
solos
solos
envueltos
de recuerdos
--de dolores--
y de esas noticias
cada vez más
frecuentes
anunciando
en seco y sin piedad
los nombres
de los que van cayendo…
Keyes, California, febrero 2021